
Hace ya tiempo que aquí nadie cree en milagros. Yo tampoco creía hasta que vi a mi pájaro pedirme por favor que le limpiase la jaula. Y no es extraordinario el que lo pidiera con educación, si no el hecho de atusarse la cresta con su ala derecha, carraspear, escupir un trozo de mijo al suelo y dirigirse a mí del mismo modo que lo hacía mi madre cuando manchaba el suelo de la cocina con barro de mis botas. Alucinante. Le limpié la jaula, y como no creía en milagros pedí consulta para mi psicólogo, el mismo que me dijo en otras ocasiones que ni los perros ni los gatos piden nada por favor.
2 comentarios:
eso es cierto, son todos unos maleducados!
Me gustó la verdad. No sé si será suficiente para el concurso porque suele pasar que no coinciden los finalistas con mis gustos pero me da que hay posibilidades.
Suerte.
Un saludo indio
Publicar un comentario