
La mujer de la foto sonreía. Mi marido roncaba tumbado en el sofá; yo había decidido espiar su cartera de cuero. La mujer de la foto tenía el pelo cano y voluminoso. No encontré ninguna foto mía, ni tan siquiera la que le regalé cuando éramos novios.
Aquella furcia sonreía y Paco resoplaba como un cerdo en su pocilga. ¡Ya no sonreiría más! Hinqué sobre el abdomen inlfado de mi marido, hasta el mango, la hoja del cuchillo de picar cebolla. Mientras agonizaba, recordé que esa mujer canosa era mi suegra y la madre de mi esposo, el cual rezumaba sangre entre los dientes.
5 comentarios:
Buen intento, algo gore pero bueno, jeje
Yo también mandé alguno...
Un saludo indio
mmmm, me gusta la idea, pero el final lo cambiaría un poco, por ejemplo sin decir literalmente q era la suegra nose... hoy etsoy de resaca asiq no puedo serte de mas ayuda jejeje
No bebas jajaja.
Si quito lo de la suegra me cargo el final tatatachan jo :(
Indio, sí, gore, razón por la que aunque fuera bueno el micro no quedaría finalista; gusta más la amapola que la flor de malva :-D
Pero bueno, escribir esto ya es una tradición.
es lo que pasa por no comer rabillos de pasas malagueñas...
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