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16 octubre 2006

De misiles nucleares y políticos plutónicos




Está de moda señores. Si quiere que su país esté evolucionado y formar de un club prestigioso, como si de un club de golf se tratase, fabrique su propia bomba nuclear: USA, Francia, India, Pakistán, Rusia, China, Gran Bretaña ya la tienen; Irán, Isarel y Corea del Norte casi seguro pero sin confirmar, y otros tantos países como Brasil, Argentina, Italia y Suecia están en ello. España, como siempre, será la última, y cuando empiecen todos a tirarse cohetes nosotros iremos con la traca valenciana anunciando los festejos del uranio.

Es una vergüenza, y desde aquí yo lo denuncio que tantos países tengan y estén costruyendo armas que, primero son muy costosas de fabricar (con cada cohete de esos un millón de personas comen toda su vida bien), y segundo matan y a mucha gente (vean por ejemplo caso Hirosima). Me recuerda mucho al Civilization II o al Red Alert 2, juegos de estrategia en los que debes hundir a tu rival de cualquier modo, incluído, cómo no, armamento nuclear (sonaba una sirena en el juego cada vez que se lanzaba una). Los líderes de estos países escupen a la paloma de la paz, mientras sueltan de carrerilla el mismo discurcito: "Oiga, que yo hago bombas nucleares para proteger a mi nación". Me recuerda al matón de clase con su navaja, que sólo la lleva para portegerse.

La gente va por las calles feliz, porque su país tiene una bomba nuclear, cuando en otros sitios del planeta siquiera saben qué es un bocadillo. Hacen desfiles militares, todos ellos pomposos y casposos, enseñando a su nación los soldaditos y los tanquecitos que tienen; si en España con la cabra de los legionarios y los Leopard, tanques de segunda división, el ejército se cree superior, si tuvieramos cabezas nucleares lanzarían misiles al aire, o a Gibraltar, o quizá a Islas Perejil. Y seguirá habiendo pobreza y gente que sufra, directa e indirectamente, de guerras y batallitas.

Y lo peor de todo no es el pueblo, sino los líderes que tienen control sobre las armas nucleares. De Bush está prácticamente todo dicho; un tío que lee libros al revés, hace que mira por unos prismáticos cerrados, dice que la homosexualidad es un cáncer y demás patochadas poco más me asusta. Como seguramente pone a España (porque Zapatero el cae mal, claro) en el eje del Mal, pegadito a Afganistán, un día de estos nos cae un petardito de la alegría. Puttin, un mafioso criminal, Blair, escobilla de alcoba de Bush, son otros dos ejemplos claros de líderes políticos con armas nuleares a su discposición.

Otro que pierde aceite neuronal es el líder norcoreano, Kim Jong Il, de nombre familiar a King Kong. Éste, a priori, es el que más miedo da en este peculiar "club de golf": con aspecto de viejo rockero empastillado hasta arriba de antidepresivos, con gafas que usa Rappel, peluca de señora electrocutada, morritos "Jagger" y patillas recortadas más que un líder parece un estilista de peluquería bizarro. Para colmo su película favorita es "Viernes 13", y como entre ensayo y ensayo, desfile y desfile, se debe aburrir ha escrito nada más y nada menos que 40 libros; seguro que en su afán literario hizo además de negrero en el libro de Ana Rosa Quintana.

Este señor destina el 90% del presupuesto nacional al aparato militar, que todo sea dicho de paso, asusta. Los legionarios españoles, o los marines estadoniudenses, al lado de estos parecen cachorros lactantes. Mientras tanto, su "amado y protegido" país se muere de hambre, siendo uno de los más pobres del planeta. A este ritmo ritmo, nuestro amigo King Kon lo único que va a poder defender va a ser su lavabo, pues su pueblo se muere.

Como véis el mundo está loco, y que un país desarrolle o tenga munición bastarda de ese tipo no es sino un síntoma más de que no merecemos otra cosa que un cataclismo. Esperemos no acabar compartiendo merienda con las cucarachas.

Saludos!!

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