
La cena se enfriaba en la mesa. Así que me zampé tanto mi cena como la de Alfredo.
“¡Si no viene a la hora es su problema! Y me da igual si lleva un año muerto. ¡Excusas! Aquí se cena a las once de la noche, aunque estés en una tumba rodeado de gusanos. No haberte estrellado con el coche”, escupí a los platos ya vacíos. Recogí la mesa y me fui a la cama, recordando cómo Alfredo me regañaba siempre que llegaba tarde del trabajo y se había quedado sin cena porque me la había comido yo.
2 comentarios:
Esa dieta no puede ser buena... jejeje, excelente lo de q este muerto
jajajaja, la verdad es que no; pero la tía se pone ciega eh? XD
Cómo fue tu cumple Alejandro? Perdona el otro día, salí apresurado y no me quedé ni a las cañas :(
Tengo pesadillas con los trabajos de Alfonso jajaja
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